COLUMNA DE OPINIÓN: Encuentran los restos despedazados de un bebé en el hocico de un perro callejero (*)

Micaela después de dar a luz a su bebé lo abandona en un cañaveral de Cafayate, en la provincia de Salta. Posteriormente los restos del menor fueron descubiertos en el hocico de un perro callejero.

(*) Escribe Dr. Juan José Prieto, Farmacéutico Nacional (Mat.: 13826)

Dándole continuidad a las últimas temáticas publicadas en este medio, en las que expongo casos de violencia extrema por parte de padres hacia los hijos, con el fin de hacer visible una realidad que es más habitual de lo que se piensa,  así como la necesidad de poner a ambos géneros en el mismo escalón de igualdad donde la ambigüedad y ambivalencia dejen de formar parte de una «humanidad» compleja.

Siguiendo esta senda es que les dejo algunos de los casos ocurridos en distintos puntos de la Argentina:

 

Caso 1: En Salta, una mujer dio a luz en el baño de su casa, puso al bebé en una mochila y se deshizo de él en un cañaveral de Cafayate.

En una localidad de los valles calchaquíes de la provincia de Salta descubrieron los restos de un bebé en el hocico de un perro callejero. El cuerpo de la criatura estaba totalmente despedazado. Luego de diferentes investigaciones, realizadas durante dos meses, la fiscalía ordenó la detención de Micaela Yanina Gutiérrez, una joven de 22 años, que fue imputada por el delito de homicidio agravado por el vínculo. El bebé fue abandonado en un cañaveral, en Cafayate, luego de haber nacido.

Los investigadores avanzaron sobre una pista que fue hallada en el interior de una mochila encontrada en las cercanías. Se trataba de un chip de un teléfono celular, el cual permitió conocer otros números con los que hubo comunicación.

Esto llevó a identificar otro aparato telefónico, el cual habría sido denunciado como robado, siendo adquirido posteriormente por una ex pareja de la imputada, quien lo utilizó en distintas oportunidades posteriores a desprenderse del bebé. Al profundizar las pesquisas técnicas condujeron hasta un domicilio donde se encontraba Gutiérrez, quien en un principio intentó despistar a los policías, pero finalmente reconoció ser la madre del bebé que fue hallado despedazado y en el hocico de un perro. Finalmente, fue condenada a 15 años de prisión de cumplimiento efectivo por el homicidio de su bebé recién nacido, a quien no le dio las atenciones necesarias luego de darlo a luz en su casa y abandonó dentro de una mochila.

Fuente: https://www.lagacetasalta.com.ar

Hace poco tiempo, una madre de 20 años, en la localidad de La Cocha, ubicada en el extremo sur de la provincia argentina de Tucumán, asesinó a sus dos hijos, para luego subir al techo de su casa y comenzar a gritar que los había matado. Durante varios minutos intentaron distraerla sin poder evitar que se tirara al vacío donde se fracturó una pierna. Previamente, María José Álvarez encerró en su cuarto a Nicole, de tres años, y a Máximo, de siete meses, y los asfixió con una almohada. Según versiones periodísticas, la mujer era muy cariñosa con los chicos, incluso ella, en el último año de la secundaria, asistía a clases con Nicole hasta el punto de que allí le festejó su primer cumpleaños.

Hasta el momento se manejan dos hipótesis; una apunta a una discusión que habría tenido con José Gómez, el papá de su hijo menor; “me había enterado que lo dejaba solo al bebé en la casa. Llegué y efectivamente no lo estaba cuidando nadie. Me lo llevé, pero ella hizo una denuncia y tuve que entregárselo. Estaba esperando que pasen los feriados para reclamar la tenencia”, sostuvo el hombre.

Las otra versión, la más fuerte, está relacionada con una desilusión amorosa. Algunos familiares habrían expresado que mantenía una relación con un hombre casado que, en el último tiempo, habría decidido alejarse de ella y ese podría haber sido el desencadenante de la tragedia.

Fuente: https://tn.com.ar/policiales

 

Caso 3: En Jujuy, una madre asesinó a su pequeño de tres años y en su confesión sostuvo «así como le di la vida, se la quité»

El asesinato de Alexis Mamaní sigue conmoviendo a la sociedad argentina, no solo por el hecho en sí sino porque al pasar el tiempo siguen surgiendo detalles como la frase con la que Ana Cecilia Gómez , su madre, le habría sintetizado a la policía lo que había hecho: «así como le di la vida, se la quité». También, porque como imagen social ella exponía en facebook «mis hijos son mi vida, mi mundo, mi todo, los amo», entre otras cosas.

Según versiones, los policías que le tomaron declaración dijeron que nunca se mostró arrepentida así como que no dudan en describirla como una persona «totalmente fría». Lloró apenas unos minutos y se repuso muy rápidamente. Después, rodeada de policías, «escupió» las palabras que para ella justificaban el filicidio: Ella le dio la vida y ella se la quitó.

Fuente: https://tn.com.ar/policiales/la-confesion-de-una-madre-que-mato-golpes-su-hijo-asi-como-le-di-la-vida-se-la-quite_863511

 

Caso 4: En Mendoza, una pareja mató a golpes a su bebé porque había roto el televisor

El  bebé, de un año y 10 meses, murió en un hospital de la zona de Rodeo del Medio, una pequeña localidad de Mendoza, en Argentina. En un principio sus padres argumentaron que estaba enfermo y que había tenido vómitos toda la noche, pero con el pasar de las horas resultó ser una tragedia en la que el papá dijo «se me fue la mano, le pegué porque se le cayó el televisor y lo rompió».

El resultado de la autopsia reveló que el pequeño había muerto por un traumatismo en la zona de los intestinos a consecuencia de un golpe intencional, derivando en la detención de Antonella Rivas, de 25 años, y Sergio Carmona, de 29. La pareja fue imputada por el delito de «homicidio agravado por el vínculo» y podría recibir una pena de prisión perpetua.

Fuente: https://tn.com.ar/policiales/mendoza

Caso 5:  En Jujuy, Cristian vive aterrado «tengo miedo que le pase algo a mi hijo»

Cristian Velásquez es un joven jujeño de 25 años que recurrió al medio El Tribuno para plantear una situación familiar que lo mantiene muy preocupado. Ha manifestado reiteradamente ante la justicia, sin tener respuestas, sobre la situación en la que se encuentra su hijo de 5 años, que vive en la casa de su ex-mujer y quien tiene comportamientos de abandono hacia el menor; un vecino de su ex-pareja le ha comunicado que el niño estaba solo en la calle jugando, mientras que su madre estaba completamente borracha en una fiesta organizada en su propia casa. Cuando le hizo el reclamo a la ex-mujer la pareja de ella lo agredió. A su vez, el año pasado fue detenido por tres meses por una falsa denuncia que no fue investigada, en la que quedó detenido por haber violado un supuesto cerco perimetral. Velásquez, también subrayó que la mujer tiene otra hija mayor que vive con el padre debido a los serios problemas de adicción y por ser una mujer muy violenta.

Velásquez reclamó en este medio periodístico, seriamente preocupado, «temo por la vida de mi hijo, tengo miedo que algo le pase y la Justicia no me escucha. Hace unas semanas tuvimos una audiencia en el Tribunal de Familia y el juez Carenzo resolvió dar lugar a una modificación de regímenes y que se me anulen los derechos de ver a mi hijo por pedido de mi ex-mujer. Ella tenía un papel diciendo que yo maltrato a mi bebé y con ese papel el juez determinó que se me suspendan los regímenes de visitas hasta que se sepa todo».

Cristian Velázquez está sumamente convencido que su hijo está en peligro y nadie lo escucha.

Fuente: https://www.eltribuno.com/jujuy/nota/2018-5-5-0-0-0–tengo-miedo-que-le-pase-algo-a-mi-hijo

Como ya expresara en otros artículos publicados en este medio, las personas que cometen filicidio se desenvuelven en un marco especial donde esta conducta puede tener varias motivaciones como altruismo, psicosis, hijos no deseados, accidental o incluso hasta por una venganza hacia una ex pareja.

Por ello, cada vez que se planta un alerta -generalmente de un familiar- es importante observar los cambios de conductas de los involucrados, quienes pueden pasar a ser personas introvertidas o incluso estar aisladas u observarse una conducta diferente en el padre o la madre hacia los hijos y en los niños, se pueden llegar apreciar otras condiciones como hiperorexia (aumento de la alimentación) o hiporexia (menor alimentación).

A pesar de que el mundo ha crecido vertiginosamente en muchos ámbitos, en las relaciones humanas no ocurre lo mismo; es de destacar que la muerte de menores siguen siendo hechos a tener en cuenta en todas las sociedades y más aún cuando las libertades se encuentran coartadas por algunos motivos -las mejoras socio-económicas, el uso del anticonceptivo y la posibilidad del aborto, en algunos países, han contribuido a la disminución del filicidio-.  Llegado este punto vale recordar una frase de Aristóteles «un hijo o un esclavo son una propiedad y nada de lo que se hace con la propiedad es injusto».

Lógicamente, para analizarla hay que diferenciar los contextos o marcos históricos a ser aplicada (en la actualidad es totalmente soberbia y fuera de lugar). Es evidente que por un lado apunta hacia los derechos que tienen los padres sobre sus hijos sin considerar a los menores como un ser social, con necesidades a las que hay que respetar y con una cierta autonomía a la que hay que favorecer, pero que tiene que estar subordinada a la custodia de ambos padres y así evitar el libertinaje.

También, en el análisis de esta frase no podemos dejar de lado a la violencia -porque la misma tiene aristas que la subrayan-, ese instinto natural que, hasta a veces, es necesario en la vida del ser humano, pero que requiere de un aprendizaje o trabajo para ser controlada y para que no se manifieste como una ira que lleve a resultados devastadores como los planteados. Es decir, que los seres humanos, sean mujer u hombre, debemos aprender a controlar el instinto agresivo, viciado de egoísmo o de lograr satisfacción personal, porque el buen juicio se trabaja y se forma.

Ese aprendizaje debe comenzar en la niñez con el vínculo madre-hijo o padre-hijo y continuar en el resto de los niveles educativos o formativos de la vida del individuo, como el ser social que es. Por ello, ejemplos como la obstrucción de vínculos realizados por algún progenitor, o favorecido desde las instituciones del Estado, no suman a la hora de formar la estructura  afectiva o la esencia de ese ser y tan necesaria a la hora de construir una sociedad libre de violencia.