Vergonzosa y escandalosa sesión especial del ¿Honorable? Concejo Deliberante

Perón decía que el órgano más sensible del ser humano es el bolsillo; y hoy, al tratarse la rendición de cuentas del Ejercicio 2013 parece haberse confirmado. No precisamente porque el tema haya sensibilizado en particular, sino, porque al argumentar sobre la postura adoptada por cada bloque opositor; primero el Frente Progresista UCR – FAP, en forma negativa y luego el Frente para la Victoria, absteniéndose, las cosas fueron cambiando de tono hasta alcanzar niveles de intolerancia impensados para tiempos donde además de ejercerse, parece celebrarse la democracia al poder ejercitarla.

Desde el Frente Renovador, a través del concejal Betanzo, se objetó la exposición del concejal Satragno quien en ese momento refería al ahora diputado nacional Alegre y su declaración jurada, quien por entonces era el intendente; a propósito de un Proyecto presentado por el representante del Frente para la Victoria que tendría tratamiento en la próxima sesión. Basados en eso, los oficialistas insistieron en la negativa a que siguiera exponiendo utilizando eso como recurso en su alocución, lo que generó una serie de intercambios orales, hasta que llegó la interrupción de un miembro del público, que poniéndose de pié disparó todo tipo de insultos sobre el bloque mayoritario, por lo que se pidió un cuarto intermedio. Ernesto Segretín, levantándose de su banca invitó al hombre a retirarse del recinto cosa que sucedió en medio de más insultos. Pasado ese atípico episodio, que había motivado, entre otras cosas, el pedido de seguridad vía telefónica por parte de la secretaria del Cuerpo, cosa que desestimó ni bien el individuo se retiró. 

Acto seguido, al reanudarse la sesión, Satragno retomó en el mismo lugar que había dejado, insistiendo con la declaración jurada del entonces intendente, por lo que la escena del pedido de desestimar esa cuestión se repitió desde el mismo sector. Así sucedería una vez más, hasta que el presidente del bloque del Frente Renovador pidió se clausure el debate por rebeldía (entendido así ya que Satragno no acataba la pretensión oficialista), ya que según lo manifestado, sus palabras violaban el código de convivencia dentro de lo deliberativamente correcto.

Lo que siguió, fue la votación por la clausura del debate y la aprobación de la rendición; cosas que por y para la mayoría tuvieron voto favorable. En el medio, hubo más palabras, gestos y actitudes, que podrás ser oídas y vistas en los fragmentos que en breve estarán disponibles en este portal (con la idea de que usted saque sus propias conclusiones).

Al reanudar la labor legislativa y cuando iba a dar inicio la 5° sesión ordinaria, Ernesto Segretín, hizo uso de la palabra argumentando el descontento con lo sucedido y la contemplación dentro del reglamento del Concejo de la acción que su bloque llevaría adelante retirándose del recinto, al tiempo que la minoría solicitaba a la presidenta tuviera en cuenta continuar con la sesión ya que el quorum lo permitía. Finalmente y luego de arriar el Pabellón Nacional, tarea que llevó a cabo el concejal Belloso, tanto Laura Carelli,  presidenta, la que en más de una oportunidad se vio superada por el cargo; como Daniela Vicente, la secretaria, también se retiraron, quedando la oposición en la voz de la concejal Rodriguez que explicó al público presente y medios de comunicación, algunas particularidades de lo que los suyos entendían, sabía el oficialismo se comentaría en la sesión y por eso el retiro, sobre viáticos que habrían sido pagados por el municipio a funcionarios y el mismo intendente, para la campaña pasada. Luego de lo detallado, todos se retiraron.

  

Dos cosas para lamentar (en general y particular)

La primera en general, la discusión, fuera de sesión, es decir en el cuarto intermedio, entre el presidente del bloque del Frente Renovador, Daniel Chiesa y la concejal del bloque UCR – FAP, cristina Rodriguez, donde se dijeron «de todo».  Antes, en un cruce similar entre los mismos protagonistas participó también, teniendo respuesta inmediata por parte de Chiesa, el concejal Campana a quien le dijo que el era muy nuevo para saber de cuestiones legislativas, por lo que reaccionó éste tratándolo de mal educado.

La segunda, en particular, el ataque sufrido por uno de los colaboradores de Distrito Interior, quien al salir del Salón de los Acuerdos para continuar registrando lo que había iniciado en el interior del mismo, fue increpado violentamente, pretendiendo no se cumpla con el cometido y con presumibles intenciones de arrebato de la cámara por parte de un individuo cuyo rostro quedó perfectamente registrado. Aún no salimos del asombro por tan inexplicable y repudiable acto.