¿Quién sacará el agua de General Villegas?, sepan gobernantes que la gente no puede esperar más

Así de simple (y compleja a la vez) es la situación; los 15 meses que lleva esta tierra bajo agua ha tocado el punto máximo: La tolerancia de la gente.

Esta tarde el vice gobernador de la provincia de Buenos Aires arribará al distrito acompañado de autoridades provinciales y nacionales ligadas a la agroindustria e hidráulica; la esperanza de los lugareños es que digan que el agua desde ahora correrá hacia la pendiente más allá de los límites distritales, aliviando definitivamente al campo, la ciudad y los pueblos, porque así, como está todo, no da para más.

No se requiere de un estudio elevado, ni de un cargo en las más altas esferas para advertir que el agua hacia los distritos de Carlos Tejedor y América apenas escurre en relación a lo que llega desde el sur de Córdoba, sumada a la que las lluvias volvieron a depositar con los aproximadamente 100 milímetros caídos durante el fin de semana.

El pueblo manso hizo hasta donde pudo, aguantó hasta no dar más.

En este momento no hay político que los pueda influenciar, ni grupo que los arengue; es la propia gente que golpeada por la realidad se asfixia de inacción, protocolo, burocracia, falta de decisión y coraje.

Los políticos no están a la altura de las circunstancias.

¿Cómo puede ser que en La Pampa, apenas a unos kilómetros de nosotros, se cortó la ruta y acá ni siquiera sabemos a qué viene el segundo dirigente de nuestra provincia; quizá la más rica en recursos que emanan del campo con el que este lugar tiene mucho que ver?

¿A quién se le pasó por alto habiendo transcurrido casi un año y medio lo grave de esta inundación, la que ya costó decenas de cierres de tambos, desaparición de caminos y hasta accesos a los pueblos que casi no existen?

Cómo pudieron subestimar tanto (los que se fueron, peo sobre todo los que están, ya que son quienes «miran hacia el futuro») a uno de los distritos más importantes de Buenos Aires, donde las extensiones de tierras lo hacen uno de los más grandes de la provincia, el aporte en retenciones e impuestos, uno de los de mayor aporte de dinero, el limitar con tres provincias, uno de los más estratégicos y particularmente, el tener gente viviendo allí, un lugar que merece el mismo trato que el resto de los 134 municipios.

Todo eso parece no haber alcanzado para que la gente, lo más importante de la Patria, se sienta tenida en cuenta.

Tanta prolijidad pretendida, tanta transparencia presumida, tanta paciencia demostrada, tanta valentía disimulada, han llevado a General Villegas al triste récord de haber superado toda la penosa historia de inundaciones que todavía le duele a quienes la han padecido.

Hoy, en algunas horas más, que llegan las máximas autoridades (insistimos) después de 15 meses de agua permanente, sólo se espera que abandonen el discurso elegante con el que acostumbran a evadir el compromiso que asumieron y por el que cobran.

Sepan «señores» políticos que la gente no quiere mas «poemas» elegantes, prefiere, tal como la inundación se lo exige, la grosera realidad.

(Esto incluye a los del Municipio, de la Provincia y la Nación)