Tomar mates al costado de la ruta en el ingreso a la ciudad, una práctica que se convirtió en tradición

La tarde de este Día del Amigo, más allá de su condición de efeméride convocante, decenas de personas, en su mayoría en grupos eligieron el acceso principal de la ciudad para tomar mates, compartir un momento.
Cierto es que el día acompañó con su cálida temperatura, pero la realidad demuestra que cada vez más gente, de diferentes edades encuentran en la explanada que se encuentra delante del cartel de identificación de General Villegas y la Ruta 188, un escenario que permite modificar la rutina.
Cuando preguntamos qué los atrae, la mayoría responde que cree que el solo hecho de ver el movimiento de los vehículos al transitar, modifican su rutina de ciudad pueblo, sobre todo una tarde de domingo donde la quietud parece ser el denominador común.
General Villegas donde ya se convirtió en una tradición, no es pionera, y mucho menos el único lugar de la zona donde se da este fenómeno; Lincoln, por citar alguno, en los espacios verdes que rodean la rotonda en las rutas 188 y 50, lleva años entregando esta imagen.
Lo que ocurre no tiene nada de malo, por el contrario, representa el encuentro, y en muchos casos, observamos hoy especialmente, los celulares no son protagonistas durante la presencia de los vecinos allí.
Otra particularidad es que a simple vista no se observan residuos descartados.
Nos podemos referir a esta práctica como una tradición moderna sin temor a equivocarnos, incluso, llama la atención porque muchos pasan por el lugar para ver «que onda», una especie de «vuelta al perro» que se le robó a las calles céntricas.
Tal vez sea, a partir de la necesidad de recuperar los vínculos de manera simple, la forma de poder hablar sin interrupciones tecnológicas y rodeado de naturaleza al aire libre.
Como y por lo que sea, que no se pierdan las cosas buenas.