Manu San Miguel, el joven arquero, le dijo adiós al fútbol luego del último evento cardíaco

«Hoy, a mis 26 años después de lo que me pasó, decidí retirarme del fútbol. He tenido situaciones donde me aleje por un tiempo pero esta vez será para siempre», comienza diciendo la nota con la que comunicó su retiro definitivo del fútbol.
En mayo de este año, el domingo en que su equipo, Atlético Villegas, era visitante en la cancha de Ingeniero de Banderaló, el arquero sintió una fuerte arritmia que lo dejó en ese momento fuera del partido.
Con antecedentes cardíacos prácticamente toda la vida Manuel San Miguel vivió a partir de ese evento momentos decisivos, que una vez más logró superar.
El pasado mes de junio, el joven de 22 años fue intervenido quirúrgicamente con éxito, siendo sometido a una cirugía en la que le implantaron un un chip de monitoreo que se activa en caso de ser requerido y permite un seguimiento constante; mismo sistema con el que cuenta Sergio Agüero, el Kun.
Al momento de su alta, y consultado por Distrito Interior, Manuel San Miguel, dijo que el retiro era algo que estaba evaluando, pero que por el momento no era su prioridad, aunque llegado el momento lo daría a conocer.
El respeto ante todo, y lo que era una posibilidad latente, ni siquiera fue motivo de especulación por parte d enuestro medio, que tenía indicios de lo que finalmente ocurrió.
En su comunicado Manuel continuó:
«Es duro tomar esta decisión y despedirme yéndome como me fui yo de ese último partido, pero no hay que pueda hacer para cambiarlo, me vacíe todos los días de mi vida, en cada entrenamiento e incluso en el día a día fuera del club. Le agradezco al fútbol por enseñarme el camino, por los valores y las enseñanzas que me ha dejado. Y por todos la gente que conocí, hoy muchos son mi familia. Por alguna que otra alegría que eso no se compra ni se olvida. Le agradezco a la vida por permitirme disfrutar estos años de este deporte que es lo más lindo que existe en el mundo.
Cuando era un niño me dijeron que no iba a poder jugar, tuve la fortaleza y el amor de luchar por lo que me hacía feliz, fui un afortunado, siempre creí en Dios y siempre supe que iba a jugar al fútbol, pude, lo disfruté cada día. Me he brindado al máximo día a día y he cosechado triunfos, amistades hermosas que eso queda para toda la vida. Pero me toca despedirme seguir soñando momentos, y prepararme para lo que me toque.
Un pedacito de mi se ha roto, pero esto sigue, y seguramente vendrán cosas mejores
GRACIAS A LA PELOTA, POR TODOS LOS MOMENTOS VIVIDOS, recuerdo cada uno como si hubieran pasado hace un instante
TE LLEVARÉ CONMIGO HASTA EL ÚLTIMO DÍA querido futbol».