Profundo pesar por el fallecimiento de «Caco» Pruzzo, ocurrido en Emilio V. Bunge esta mañana

Esta mañana, cerca del mediodía la noticia del fallecimiento de Marcos José Luis Pruzzo, Caco, apodo por el que se lo conocía, corrió con la misma velocidad que se sintió el impacto en la comunidad de Bunge donde residía desde hacía años juntoa su esposa Romina Moraglio, unión de la cual nacieron sus dos hijos,, y la ciudad de General Villegas, de donde era oriundo.
Toda muerte temprana, inesperada provoca un impacto, aunque el caso de la de Caco, tiene el plus de quien se trata, un tipo bueno, en consecuencia querido, respetado y valorado.
Su hermano Luis, con quien dialogamos esta tarde, dijo sin dudar «el más querido de los Pruzzo», recordándolo en medio de la conmoción como un apasionado del fútbol y del motociclismo; deportes que practicó, y aún jugaba en el caso del fútbol.
Se encontraba viviendo en Emilio V. Bunge desde hacía años, de esta localidad perteneciente al distrito de general Villegas, es su esposa; inicialmente, recordó Luis, viajaba todos los días para atender su taller de motos, luego ingresó a trabajar en la fábrica Remotti y abandonó esa rutina.
A propósito de rutina, Luis remarcó que todas las noches se comunicaba con su madre.
Esta mañana mientras operaba una máquina robotizada en la fábrica se produjo el accidente que le costó la vida; los detalles que no vienen al caso son materia de investigación, más allá de las presunciones.
Desde las primeras horas de la tarde la consulta constante que recibimos es el momento y lugar de su velorio, motivo por el que en contacto con un familiar directo de la familia de su esposa, se nos informó que aguardan la entrega del cuerpo, pero en principio sería en Bunge.
Marcos, de 45 años, dejó involuntariamente a ambas comunidades en silencio, ese silencio que se produce cuando un evento atraviesa a la sociedad. Por su edad, por lo ocurrido, por quien era, y sobre todo por lo que era y deja, es que el dolor resulta tan profundo y absoluto.