Matrimonio inició una huelga de hambre porque tienen una cancha de pádel pegada a su casa

La familia González en Alcira Gigena se encuentra viviendo hace 6 meses en un verdadero infierno.
Desde noviembre de 2024 que en el terreno lindante a su vivienda se instaló una cancha de paddle que funciona todos los días durante 13 horas, lo que les ha causado problemas de salud y acusan no tener respuestas de la Municipalidad.
«El muro divisorio de nuestra vivienda con la cancha son plantas y la cancha está a 8 metros de mi ventana», dijo en diálogo con Así son las Cosas, Marcela González, vecina damnificada. Comentó que durante el verano no pudieron utilizar su patio por los constantes ruidos molestos y que durante todo el día mantienen encendida la televisión para apaciguar el golpeo de las pelotas.
«Tuvimos reuniones con la Municipalidad y nos manifestaron su preocupación, pero nunca buscaron la solución que nos prometieron» contó la vecina, quien en la jornada de ayer junto a su marido decidieron asistir al edificio municipal con el fin de volver a expresar su situación.»Somos personas extremadamente pacíficas. Lo único que hicimos fue ir con un parlante al hall municipal a emitir los sonidos constantes que vivimos nosotros”, agregó. Marcela y su pareja decidieron iniciar una huelga de hambre como protesta y la vecina contó que anoche «dormimos en la vereda de la Municipalidad y nadie nos recibió».
“En mayo de 2024 nos enteramos que en el terreno de al lado de nuestra casa se iba a instalar una cancha de paddle. Le pedimos a la Municipalidad que hiciera investigaciones de impacto sonoro y las recaudaciones pertinentes. Nos respondieron que iban a intervenir y tomar medidas adecuadas”
“En noviembre se comienza a instalar la cancha sin adoptar ninguna medida insonorizante. Hicimos las presentaciones correspondientes a la Municipalidad. El muro divisorio de nuestra vivienda con la cancha son plantas y la cancha está a 8 metros de mi ventana. En el verano se hizo imposible usar el patio, estamos permanentemente con ventanas y puertas cerradas. Son como disparos permanentes al aire”
“Las canchas están habilitadas todos los días durante 13 horas. En su oportunidad, tuvimos reuniones con la Municipalidad y nos manifestaron su preocupación, pero nunca buscaron la solución que nos prometieron. El diálogo se intentó pero la respuesta no existió. Estamos en una situación de inequidad total, no tuvimos protección ni respuesta del municipio”
“Hace 6 meses que vivimos así y no damos más. Mi marido comenzó con arritmia, tengo trastornos auditivos y problemas con el sueño. No podemos tener una sobremesa tranquila con mi familia”.
“Por supuesto que la Municipalidad podría hacer algo e intervenir, no se pierde ese poder por más que haya una intervención judicial. No entiendo por qué nos acusen de “romper” el diálogo. Somos personas extremadamente pacíficas. Lo único que hicimos fue ir con un parlante al hall municipal a emitir los sonidos constantes que vivimos nosotros”
“El objetivo de la huelga de hambre es que ese daño psicológico que estamos viviendo en silencio pueda ser representado de alguna forma. Anoche dormimos en la vereda del edificio de la Municipalidad. Ninguna autoridad se acercó a hablar con nosotros”. (Fuente: Cabledigital/Así son las cosas)