La kermesse del IMI superó todas las expectativas y las familias volvieron a jugar juntas

Los tres patios del Instituto María Inmaculada se colmaron de gente en la noche del viernes que concurrió, en familia, a disfrutar de la propuesta lúdica que en realidad tuvo su origen en lo pedagógico.

La kermesse surgió en el nivel Terciario, en el profesorado de Educación Primaria, que planteó esta iniciativa que no tardó en encontrar eco en el resto de los niveles, los que tuvieron una activa participación durante la realización ayer.

Por otra parte, se debe destacar el fin solidario de esta movida que tuvo como destinatario a Cáritas, que al igual que los organizadores se vieron superados en los alimentos que lograron recolectar; es que la entrada, simbólica, era precisamente un alimento no perecedero.

El fondo de la cuestión, en realidad, fue más allá de lo que a simple vista se podía observar tanto en los puestos de juegos, el patio de comidas o el escenario donde los alumnos presentaron diferentes números. La vuelta a los juegos tradicionales y en familia.

Padres e hijos, hermanos y abuelos, algunos rememorando otros tiempos, otros descubriendo nuevos (viejos) juegos.

Fue una noche diferente que, dado el resultado, invita y obliga a pensar en una nueva edición.