Una muerte para pensar: José del Carmen Aguerre

El hombre de 84 años, que había nacido el 4 de Mayo de 1929, falleció en la media mañana del 3 de Junio pasado en un geriátrico privado de General Villegas.

Hacía poco menos de un mes que los hijos lo habían alojado allí, luego de que su estado de debilitamiento lo requiriera. Aguerre, quizá poco conocido por las nuevas generaciones, fue quien pintó los carteles de ingreso a la ciudad que indican que aquí nació el escritor Manuel Puig, ese fue uno de sus últimos trabajos; nos cuenta su hija Liliana, que fue su padre quien le manifestó que hacía dos años había abandonado ese oficio.

Fue niño prodigio, entre otras cosas, por la calidad de sus dibujos en un periódico, marinero, también recuerda su hija en diálogo con Distrito Interior, que su padre fue integrante de la tripulación que trajo al país al crucero ARA General Belgrano; y en su rico historial de anécdotas a partir de las experiencias más variadas vividas, figuran otras que merecen una crónica aparte. Todo eso lo convirtió casi, en un excéntrico. 

Villeguense nativo, se había ido a Buenos Aires a sus 14 años; allí formó su familia, la que le dejó dos hijos, Liliana y  José de los que tuvo 4 nietos y 3 bisnietos. En 1974, luego del casamiento de su hija, divorciado, regresó a General Villegas y salvo en dos o tres oportunidades, con estadía menor a 24 horas, recuerda Liliana, no volvió a la capital del país.

Su muerte para muchos, pasó desapercibida, para otros, seguramente los menos, no.

Juan Carlos Rodriguez, propietario de un taller mecánico, en su carácter de vecino de la ciudad, motivado por este deceso, expresó en palabras dirigidas a Distrito Interior, su sentir por el estado en que los últimos años de vida y la muerte encontraron a Aguerre.

A continuación, lo expresado, con algunas modificaciones, tal el caso de los nombres y apellidos de las personas a las que refiere, con el único fin de evitar herir susceptibilidades. 

Se trata de Jose del Carmen Aguerre, el pintor de letras. En una tapera de calle Arenales murió. Solo y abandonado, desnutrido pero consciente. Para los que no ubican el lugar, está muy cerca de la casa de alguien que todos los días reza el Rosario por la radio FM, también a 50 metros de un restaurante céntrico, que siempre algo de comida sobra en ese lugar.

Para los que todavía no se dan cuenta donde queda es en la cuadra paralela de Acción Social, o sea a una cuadra.

Un hombre alcohólico, hoy recuperado gracias a la contención y hospedaje que durante varios años le dio Aguerre en su humilde vivienda; recordemos que ese hombre fue repudiado por su familia y la sociedad, pero hoy recuperado, es condecorado con medallas de honor por distintas entidades públicas, algunas por votos y otras por la hipocresía que los identifica; pero a quien refiero, también falla y se olvida de su amigo indigente…

… y más… en otro capítulo.

José del Carmen Aguerre publicó varios textos en Carta de Lectores del diario La Nación, fue militante del partido radical, fue marinero, hizo críticas y correcciones en diario Clarín a la revista que éste distribuye y fueron aceptadas y nuevamente impresa esa edición.

La verdad (en referencia a las fotografías del lugar que fueron por él mismo tomadas y una de las cuales acompaña la portada de esta nota) son impresionantes y este escrito demuestra las fallas de la sociedad y de la familia villeguense. Yo también siento algo de culpa. Creo que no se puede agregar nada mas, solo que debemos estar mas atentos.

Este delicado aspecto de la realidad, nos llevó a consultar tanto al autor del texto detallado anteriormente, como a su hija, antes de publicar el informe.

Rodriguez sostiene que una persona enferma no puede decidir por si solo. Liliana, que admite sin vueltas, asegura que su padre eligió vivir de esa manera los últimos años de su vida, más allá de todo lo ofrecido por los suyos.

Partiendo de esas expresiones, cada uno sacara sus propias conclusiones.