Horas de angustia y preocpación viven un hombre y su nieto en Banderaló

Se trata de Jose Basarotto (69) quien junto a su nieto (5) fueron desalojados por un grupo de personas ayer por la tarde de la casa en la que vivían, ubicada a metros de la sala de primeros auxilios de esa localidad.

De acuerdo a lo informado por el propio damnificado, ayer martes, alrededor de las 14:00 horas, en momentos que su nieto, uno de los hijos de su hija, el que está a su cuidado dado que su madre por cuestiones económicas y laborales debió instalarse en Buenos Aires estaba en el jardín, él había ido a lavar la ropa a la vivienda que ocupara anteriormente donde le dieron permiso, ya que el inmueble que le alquila a Mario Becerra desde hace dos meses aproximadamente no cuenta con servicio eléctrico, entre otras cosas.

Al regresar se encontró con todo afuera, «plantado en la vereda» por Becerra y unos familiares, tal como se lo había prometido.

Hace dos meses aproximadamente que Basarotto vive allí; parte del acuerdo fue que iría realizando arreglos tales como el baño, pisos, cambio de cerraduras, vidrios, perforación y más.

Sorpresivamente, le avisaron que la propiedad había sido vendida por lo que debía desalojarla de inmediato, motivo por el cual solicitó unos un pequeño tiempo para organizarse, el que le fue denegado.

Habiendo consultado al área legal del municipio donde solicitó asesoramiento le sugirieron que aguardara unos días hasta ubicarlo o resolver su situación, pero evidentemente los tiempos se acortaron.

Sin nada que pudiera hacer, ya que el hecho estaba consumado y nadie pudo intervenir para evitarlo, el hombre estuvo hasta caída la tarde con todas las pertenencias en la calle hasta que pudo dejarlas a resguardo en lo de un vecino, mientras la noche la pasó, siempre junto a su nieto en la casa de una hermana.

Esta mañana aguarda la visita de una asistente social de la Municipalidad quien intentaría reubicarlo en una casa que se le alquilaría momentáneamente hasta tanto todo esté normalizado.

El hombre solo pide «una mano» por ahora, confiesa y detalla, diciendo que es jubilado y trabaja de changas haciendo parques; su casa original, es ocupada por su señora de la que está separado hace muchos años.

No quiero que me regalen nada, solo pido que me ayuden en este trance que me tomó por sorpresa y me tiene muy preocupado, finalizó notablemente angustiado.